Esta historia arranca hace poco más de dos años, en el momento en el que nuestro protagonista sufrió un accidente que le cambió la vida por completo. Juan Sánchez decidía, en ese momento, dejar atrás su residencia madrileña y regresar a su ciudad natal, Guadalajara, donde se enfrentaba a una nueva etapa, una etapa de superación y de lucha desde una silla de ruedas y en la que el tenis, su deporte favorito, está muy presente.
Juan, ¿cómo comienza esta historia de superación?
Llevo en silla de ruedas desde hace dos años y medio. Soy diabético, y por esta razón, una noche estando en casa sufrí una hipoglucemia; mi cerebro dejó de coordinar mis actos, se volvió loco y caí por una ventana. A consecuencia de este accidente me rompí la columna vertebral y la médula espinal por la dorsal número tres. Entonces me llevaron al hospital 12 de Octubre donde estuve más de un mes en la UCI, y después, cinco meses en el hospital de parapléjicos. Tras esta etapa de recuperación volví a Guadalajara; la verdad es que me encanta esta ciudad, me compré un piso adaptado a mi nueva situación y ahora vivo con mi madre provisionalmente, ya que mi idea es independizarme en un plazo corto de tiempo. Debido a mi incapacidad, dejé de trabajar en el banco y me concedieron la jubilación por motivos de enfermedad. Ahora me dedico a temas bursátiles de manera particular, ya que tengo formación en ello y tiempo suficiente por las mañanas. También asisto a terapia en la Fundación Nipace y combino estas actividades con la práctica del tenis, deporte al que siempre he sido aficionado.
Esa afición por el tenis le llevó a practicarlo en silla de ruedas, ¿cómo llega hasta él?
Había jugado al tenis siendo más joven, deporte al que me unía una gran afición, y durante el tiempo de recuperación que pasé en el hospital de parapléjicos, entre las distintas actividades deportivas que podíamos realizar allí cabía la posibilidad de hacer tenis en silla gracias a la fundación Sánchez Vicario, que había dotado al centro de una pista de tenis y un monitor especializado en este tipo de disciplina. Cuando me dieron el alta en el hospital comencé a jugar al pádel, debido a que la lesión que padezco es bastante alta y encontraba ciertas dificultades para la práctica del tenis, al ser este deporte mucho más exigente, pero después de unos meses de entrenamiento, decidí volver a intentarlo ya que el tenis es realmente el deporte que me gusta.
¿Qué ha encontrado en el tenis en silla?
Lo que he encontrado es un nuevo objetivo, creo que lo más importante en la vida de las personas es tener objetivos y en mi situación personal esto es primordial, si no fuera así, tendría una vida totalmente vacía. Con la “bolsa” he encontrado un objetivo profesional y con el tenis un objetivo deportivo. Mi vida se basa en superarme cada día y hoy por hoy, cada mañana me levanto más feliz teniendo este tipo de objetivos.
¿Ha pensado en el tenis de competición?
Sin duda me gustaría competir, de hecho estoy en trámites para conseguir la licencia, aunque soy consciente de que mi lesión supone un handicap frente a otros jugadores del circuito. Sé que voy a tener que trabajar muy duro para estar a buen nivel, pero me encanta la idea de probarme y descubrir hasta dónde puedo llegar
¿Recomendaría este deporte a otras personas que estén en situaciones parecidas a la suya?
Si les gusta el tenis seguro que sí, creo que el deporte en general, independientemente de cual se elija es fundamental para la salud mental de las personas, estén o no estén en una situación parecida a la mía. Actualmente entreno cuatro días a la semana además del trabajo en gimnasio, y sin duda se ha convertido en mi mejor terapia, tanto física como mental. El deporte es lo más. Volviendo al tenis en silla, una de las cosas que más me llaman la atención de este deporte es que está bastante profesionalizado a nivel de competición: hay competiciones internacionales, de países, de selecciones, y esto supone un incentivo más para aquel que quiera practicarlo.
¿Requiere este deporte de una gran inversión económica?
Si tu aspiración es competir a nivel nacional e internacional los viajes suponen un fuerte desembolso económico y centrándonos más en los materiales de juego, lo cierto es que la silla es bastante cara. Otro aspecto importante es la formación y los entrenamientos, en mi caso particular, desde el momento en que contacté con Nuevo Tenis Guadalajara a través de Noelia, ella se puso a mi disposición y gracias a sus conocimientos he ido mejorando, aprendiendo nuevas técnicas y además, empleando un método de enseñanza específico adaptado a mis características de juego.
¿Qué le pediría desde estas líneas a las instituciones?
En general en Guadalajara el deporte funciona muy bien porque hay muchísima afición por deportes como el balonmano, el atletismo, el triatlón, la gimnasia… que no son mayoritarios. Con algo más de ayuda desde cada ayuntamiento, desde cada federación, el tenis en silla puede ser una herramienta para dar más visibilidad a la gente con discapacidad en la ciudad, que muchas veces parece que no hay, y me he dado cuenta de que son más de lo que parece, pero no se les ve. Cuando hablo con conocidos y les digo que juego al tenis en silla, se suelen sorprender, me preguntan sobre como se juega, se nota que nunca han visto un partido de tenis sobre silla de ruedas, y la verdad es que es un deporte muy bonito de ver.