Para mí, ha sido un partido de fútbol, donde uno de los equipos ponía en el campo de juego algo más que tres puntos.
Hablamos de cómo un histórico de nuestro fútbol regional, nada menos que el C.D. TOLEDO, se queda sin excusas en el municipal de Illescas.
Lamentable se podría decir el partido, si los jugadores no hubieran hecho lo que hay que hacer. Pero no. No es verdad. Los jugadores del equipo de la capital autonómica, demostraron que saben tocar el balón, contener a un rival, que, pese a su modestia, les llevó ventaja en todo el partido en atención e intensidad. A pesar de empezar ganando, los illescanos siguieron trotando, y mucho, en el césped, con un FACU de pesadilla para el lateral capitalino, que tenía que ver como se iba una y otra vez. Y un conjunto, el Illescas, bien organizado e intenso, con un MIGUELI, que supo hacer los cambios necesarios, en el momento adecuado, puso al equipo visitante ante el espejo de su realidad.
Ni entrenadores ni jugadores, tienen que ver con lo que ocurre al equipo de Toledo, su parte de responsabilidad ya la pagan con sudores en el campo, y con la sequedad de los aficionados mostramos cuando nuestro equipo pierde. Pero es que seguro que hay motivos para que el Toledo se desguace de forma progresiva. Hace falta, dicha está en todas las oraciones gramaticales posibles, un cambio en el equipo, ese cambio está en las alturas, en quienes deben trasladar seguridad y equilibrio a la base de la pirámide, y por tanto su razón de ser. Ya no vale no decir lo que todos sospechamos, que los jugadores no cobran, que no lo dicen porque son profesionales, pero están en situación de desánimo. Si es un rumor, mucho están tardando los que deben desmentirlo, aunque nos tengan tan acostumbrados a procesiones de silencio. La tristeza del entrenador del Toledo, hoy durante la entrevista de prensa, no tenía la pasión de un entrenador que se enfada con sus jugadores por haberse dejado ganar un partido a falta de menos de diez minutos del final del mismo. Su tristeza parecía de la impotencia, la de saber que por mucho que haga, lo que hay es lo que hay, y sus jugadores está desmotivados. Vienen a un club con historia (lejos queda el partido contra el Valladolid, para subir a primera división, lejos queda ese Toledo rutilante, de los que estaba en cabeza o entre los primeros), me atrevería a decir que con promesas de mejoras cuantitativas u cualitativas, y en vez de recibir el calor que este tipo de jugadores necesita, les abren la puerta de un congelador cinco estrellas, donde crecen los malos rollos, la inestabilidad, el silencio más absoluto, el mirarse de reojo para saber si eres de fiar (¿tú con quien vas?, podrían preguntarse).
Le falta al TOLEDO, un líder que aúne a los empresarios, aunque ahora sea un momento difícil por más razones que las de la COVID (a buen entendedor…), y se ponga la situación del equipo sobre la mesa, se compruebe que es viable, se vea que es posible rehacerle, que haya un proyecto deportivo claro, con objetivos posibles, alcanzables. Contratando lo que se pueda pagar, y pagarlo, ver todas las opciones, incluso la de la refundación del equipo, o el entierro definitivo. He sido aficionado del Toledo, y en su momento socio, existían sombras en la gestión desde hace mucho tiempo, posiblemente porque al TOLEDO le ha podido un cierto orgullo, y miraba al cielo in ver el suelo, una dosis de humildad, y volver a empezar. Tenemos aficionados, y mucho más fieles de lo que mucha gente pueda llegar a creer. Toledo, necesita un equipo que esté en otra categoría, ya lleva demasiado tiempo en el limbo como penitencia. Como comenté en otro artículo, el TOLEDO, debe ser devuelto a sus fieles, a quienes deben contarles cuál es la realidad del equipo, antes de que siga como una sierpe por las tierras castellano manchegas, sin saber adónde va. No es humillante hacer ese recorrido, es lógico por los errores cometidos, lo que es humillante, es que año tras año, en los últimos tiempos, salimos del valle para caer en las barrancas. La afición no puede hacer más, no puede manifestarse más, le han robado el equipo, hace tiempo, pero ahora se ve más que nunca, la afición debe clamar por ese equipo que, en paralelo, y hasta que nos devuelvan el nuestro, se vaya creando para recoger los restos del naufragio.
Seamos claros, dejemos de dar vuelta al molino que no hay trigo que moler. Si las deudas superan los ingresos, y las deudas se suman a las ya existentes, hay que decirlo, hay que exponerlo, aunque sea una sociedad anónima deportiva, tiene un escudo cuyo valor y enseña es de Toledo, se lo deben a los seguidores, al equipo técnico, a los futbolistas, nos lo deben a todos. Y basta ya de los silencios estratégicos, si los jugadores no cobran que lo digan, y si están cobrando también, eliminen los rumores que pueden ser calumnias, digan lo que todos pensamos, la verdad, como decía San Pablo, nos hará libres, y conociendo la situación se puede ver la solución, si es que la hay.
Pero están llevando al club, a una situación donde la eutanasia sea posiblemente la mejor solución.
Si la gente calla, asume la situación como irrevocable, si ponen precio a nuestra ilusión, y luego la encarecen hasta el punto de no poder adquirirla, nadie debe callar, seguro que en el equipo hay gente con ganas de contar lo que pasa. Y hay mucha gente con ganas de saberlo.
La victoria del Illescas, ha sido como la intervención del último médico que uno quisiera visitar, la del médico forense. La victoria, muy merecida e ilusionante por demás, del Illescas, se manifestaba, a mi entender, en la tristeza de la mirada del entrenador del equipo de la capital autonómica.
Hoy, tenía el corazón partío, que dice nuestro cantante, me duele la derrota del Toledo, me alegra la victoria del Illescas, hoy estaba condenado a sufrir ganase quien ganase, y el empate hubiera sido un resultado inútil.
Que hagan lo que quieran, del Toledo me borro, pero no me callo, la prensa de la ciudad debería tratar de saber y contar. A los profesionales me dirijo también, sean cristalinos y cuenten lo que saben. Y si no saben pregunten y cuenten que no les responden, pero no dejen al Toledo, a un bravo equipo, morir de esta manera.
No se lo merece la afición