POR: JOSEMI.
Puede que sean las últimas líneas de esta temporada. Temporada que termina con un periodo de ansiedad, de dudas, de cosechar el fruto de errores y aciertos. Lo cierto es que en todo momento hubo seriedad y dedicación. El C.D. ILLESCAS se ha salvado del descenso en la penúltima jornada, y nos ha salvado de tener que reponernos de una cierta “tragedia”.
Les he criticado, y mucho, en ocasiones, lo he hecho consciente de que podía hacerles daño, pero nunca con la intención de destruirles, sino de mostrarles que les han ganado equipos de menor enjundia futbolística porque la actitud, que no la aptitud, no era la adecuada.
La emoción de ver a los “nuestros”, porque cada jugador, técnico, delegado, directivo, aficionado, era de los nuestros, de los míos. Y no podía ser condescendiente cuando no había razones para ello. Y ayer lo dejaron claro, luchando bajo un sol impiadoso, haciendo carreras contra el tiempo, peleando cada pelota, gritando para que les pasaran la pelota, siendo superiores en cada jugada, hasta el penalti que cometimos, porque le hicimos en serio, fue un penalti que no admitía discusión, descarado y de asumir la responsabilidad. Siño, estaba jodido, por la falta y en su tobillo. Pero fue de los nuestros. Fue del equipo.
No hubo jugador que no acertara ayer, y el entrenador era concentración y seguridad, “esto se gana” me dijo Javi al principio de la segunda mitad del partido. Y se ganó. Pedraza me había prometido que seguiríamos en tercera y ahí estamos. Facu hizo una carrera como un auténtico gaucho dejándose la vida por sus reses, y le dio un pase impecable a un HARTA que transformó en un gol y en el final de partido, y que no cesa de correr, y que se ganó una tarjeta amarilla que era necesaria. Valentín, esa torre del tablero de la defensa, fue un auténtico bastión. Waita, Omgba, hicieron un trabajo de cirujanos. Carlos sacaba los córner con una eficacia de científico espacial. Raúl, era una máquina de despejar balones y con una cabeza que metió el gol que nos dejaba en tercera. Molina abrió el cántaro, marcó un gol de esos que no olvidas, tanto por lo que suponía como por el estilo. Mario, ese chico que corre de manera tan peculiar, pecho fuera, brazos abajo y en tensión y dispuesto a empezar a correr. Rodri, ese obrero de la defensa, del medio del campo, de lateral, de lo que le pongas. Ranera, como espectador gritando como si estuviera en el campo…, y tantos y tantos etcéteras, que ayer hizo ver que el C.D. ILLESCAS, es un equipo que ayer fue equipo.
Tras todo esto, uno que tiene por costumbre pensar, a veces muy rápido, ¿qué ha pasado para que con este plantel de jugadores, técnicos, directivos, aficionados y aficionadas (no lo digo para distinguir géneros, sino personas, la novia de Raúl, la de Ranera, y otra chica que no me presentaron, pero que brillaba más que el sol, dando ánimos como guerreras hititas defendiendo a su hombres y al ejército de sus hombres) no estuviera jugando ayer para ascender?
No pido disculpas por mis críticas, las hice y me reafirmo en ellas, porque el partido de ayer me dio la razón, sólo explico que mientras quiera a un equipo como el C.D. ILLESCAS, que ha sabido ganarse mi cariño, daré hostias y caricias por igual, según lo requiera la ocasión. Pero que ningún jugador del C.D. ILLESCAS olvide nunca, que estaré con él siempre que la decencia permita seguir con él, y que si a veces los mataría por ser “perritos” muchas más los que protegería de cualquier mal viento que les dañara.
Y por fin, a todos, todos, todos, sin excepción alguna, a los que nombro y no porque mi cabeza ya no retiene los datos como antaño, mi agradecimiento tanto por los disgustos como por las alegrías que me habéis proporcionado, por las dedicatorias que guardo en mi libreta, con vuestras firmas. Gracias porque ayer se redimió toda la temporada, ayer se consolidaron los cimientos de un equipo que renace, y por el que voy a luchar hasta la extenuación, desde cualquier lugar en el que me encuentre, para que días como el de ayer sean para los verdaderos dueños de esta alma que se llama C.D. ILLESCAS.
Se consiguió. Gracias por haberlo hecho posible.